Buscando una salida al trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). ¿Qué puedo hacer?

El trastorno obsesivo-compulsivo es un trastorno de ansiedad que en aquellos casos más graves puede ser tan limitante como otros trastornos mentales severos. Pero no hay que alarmarse. La primera idea que me gustaría transmitir es que el TOC (acrónimo de trastorno obsesivo-compulsivo) no es ni más ni menos que un trastorno de ansiedad. Con algunas particularidades y salvando cuestiones técnicas, yo diría que se trata de un miedo intenso cuyas consecuencias la persona que lo padece trata de evitar a toda costa, la mayoría de las veces, sin una base real o en el mejor de los casos con una probabilidad ínfima de que suceda aquello que se teme. Se trata solo de eso, de un miedo, nada más. Pongo un ejemplo para que se entienda: “si cuento uno, dos, tres, tres veces, y después rezo un Padre Nuestro, mi padre no tendrá un accidente o mi hermano no desarrollará un cáncer”. Analicemos bien la idea: que mi padre tenga un accidente o que mi hermano desarrolle una enfermedad, ¿depende de que yo cuente o de que rece? ¿Existe alguna relación lógica entre contar, por ejemplo, y evitar un accidente o una enfermedad? A menos que un estudio científico demuestre que contar o rezar retrasa o evita la aparición del cáncer, está claro que no. El caso es que la persona que tiene un TOC sabe que esto es así, que se trata de una idea ilógica, irracional o “absurda”, pero “no lo puede evitar”, es decir, “necesita” realizar ese ritual (o compulsión) para evitar que lo que teme se cumpla. Y como la idea es ilógica en esencia, se torna imposible de comprobar, por lo que se entra en un círculo vicioso de repetición del ritual que no solo no resuelve la angustia sino que por el contrario hace que se vuelva más y más persistente e incapacitante.

La primera idea clave por tanto tiene que ver con la EVITACIÓN. Si la persona cuenta, repite una idea, toca algo o realiza cualquier otro ritual de manera reiterada en el tiempo simplemente no se permite comprobar que aquello que teme no va a suceder, y por tanto, se queda atrapado/a en la trampa esencial del TOC. Siguiendo con el ejemplo anterior, tendría que no contar o no rezar para comprobar que no por ello mi hermano va a desarrollar una enfermedad. Pero resulta que al contar o al rezar se cae en una especie de “ilusión de control”, en una conducta de evitación que refuerza la “lógica” de esa idea obsesiva. Y así se cronifica la ansiedad.            

Veamos la siguiente gráfica. La línea morada refleja la curva normal de ansiedad ante un pensamiento obsesivo. Observa lo que sucede cada vez que se realiza un ritual: la ansiedad se dispara antes (y probablemente ante cualquier otro estímulo relacionado) y además no disminuye de forma natural con el paso del tiempo. Por el contrario, si la persona fuese capaz de no realizar ese ritual o compulsión, tras muchas exposiciones la intensidad de la ansiedad sería cada vez menor y menos persistente al comprobar que no sucede lo que teme (curvas azules). Y aquí está el “quid” de la cuestión del TOC: la solución pasa por no evitar a las primeras de cambio. Siguiendo con nuestro ejemplo, lo ideal sería “aguantar” o no contar ante el miedo; y si no se es capaz, una buena idea podría ser tardar más tiempo en contar o incluso cambiar el ritual del TOC (realizar una compulsión absurda).

Fig. 1. Gráfica del TOC desde un modelo cognitivo-conductual

Hasta aquí una explicación “sencilla” respecto a qué hacer ante el TOC. Dependiendo de la fenomenología del trastorno (de sus características), es posible que haya que realizar otro tipo de intervenciones terapéuticas (p.e. exposiciones en imaginación ante el miedo). Pero esto ya es otra cuestión que se ha de valorar en consulta de un profesional especialista en Psicología clínica.

En definitiva, evitar comprobar esa puerta, evitar tocar esa maneta para cerciorarse de que se ha cerrado el grifo y que no se va a provocar una “inundación”, evita acudir insistentemente a una consulta médica para comprobar que no se tiene tal o cual enfermedad… esa es la salida. De lo contrario, de realizar constantemente comprobaciones o rituales, aunque se consiga alivio a corto plazo, se caerá permanentemente en la trampa del TOC…