¿Qué puedo hacer si estoy triste o me siento angustiado/a?

No soy muy dado a recomendar la lectura de libros de autoayuda. Sin embargo, últimamente estoy revisando algunos de ellos y en esta ocasión voy a sugerir una serie de consejos extraídos del libro “El arte de no amargarse la vida” del psicólogo Rafael Santandreu. He de decir que me parece un buen libro. El autor plantea diversas cuestiones relacionadas con los pensamientos irracionales que subyacen a la tristeza, y entre otras cosas, sugiere algunas pautas o herramientas para afrontar la tristeza cuando ésta se convierte en un problema persistente, a saber. Explica, a mi parecer con mucho acierto, que cuando tenemos un problema es importante aprender a valorar la gravedad de tal problema porque de ello dependerá nuestra capacidad de respuesta o de afrontamiento ante el mismo. Parece comprensible, ¿no?

Veamos. Imaginemos que mi pareja decide romper nuestra relación y yo me siento solo o sola. O imaginemos que de pronto me diagnostican una enfermedad cardíaca que me obliga a tener que dejar mi trabajo o a no poder realizar ese deporte que forma parte de mi vida. ¿Estaríamos ante un problema grave? ¿Tal vez muy grave? ¿O se trataría por el contrario de un problema menor? Pensemos en cualquier otra adversidad. Yo siempre he dicho que al que le duele una uña, le duele una uña, y eso es importante, porque el sufrimiento es subjetivo. Ahora bien, si no pudiésemos “medir” lo que nos pasa, las urgencias de los hospitales, por ejemplo, estarían colapsadas de pacientes que acuden por todo tipo de dolencias, y resultaría casi imposible atender a aquellos con patologías realmente graves y que requieren una respuesta inmediata (una apendicitis, un accidente de tráfico, un infarto, etc.). El enfoque comparativo, es decir, poder comparar nuestra situación con la de otros, es de utilidad porque nos ayuda a valorar de manera más objetiva lo que nos angustia. Así, saber si lo que nos pasa es más o menos grave nos ayudará a medir lo que hacemos, a mantener mejor la calma, a manejar mejor la angustia y a tomar mejores decisiones…

Bien, veamos esta estrategia de manera más práctica. Cuando estoy triste, ¿cómo sé si lo que me pasa es insignificante, leve, moderadamente grave, grave o muy grave? Te propongo un ejercicio terapéutico basado en la visualización y que recomiendo cuando alguien pueda perderse en su tristeza y no encuentre solución a lo que le acontece. Y el ejercicio consiste en lo siguiente: “cierra los ojos. Vas a tener que utilizar tu imaginación. Ahora, imagina que has nacido en un país pobre, en el que no tienes acceso fácil a agua potable ni a vacunas; tienes tres hijos y apenas puedes hacer frente a sus necesidades básicas. Para mejorar tu situación personal y familiar, decides un día cruzar el estrecho (arriesgando tu vida con ello)… siéntelo. Si te cuesta trabajo ponerte en situación, prueba a sentirte por un momento víctima de una guerra tan terrible como debe serlo la actual guerra en Ucrania… Permítete tomar contacto con tus emociones ahora, con el miedo, con la amenaza y la angustia, con la inseguridad, con la tristeza, con la desesperanza… o con cualquier otra emoción que puedas sentir en este momento… Y ahora piensa: ¿cómo es mi problema?